divendres, 28 de juny del 2013

Irse para recordar

Irse para recordar, al volver a casa, el olor del hogar, de lo conocido. No hay senda ni carretera que no quepa en el abismo de la nostalgia. Las luces de la tristeza palpitan en medio de las noches más oscuras, recorriendo de nuevo todos los giros de la vida. Y en volver, en el volver veré con ojos nuevos los campos tendidos bajo la soledad del sol que me acompañaron durante mi infancia. En la boca sentiré de nuevo la tranquilidad de los antiguos días llenos de luz estival. Como un segundo seré precedida por el paso del tiempo, dejando detrás de mí espacio para la eternidad. En el volcarse sobre uno mismo, aguardando la propia sombra hasta reconocer que no es la piel el origen de la angustia, sino el deseo de alejarse del camino, avanzaré. Cuando vuelva, aunque fuerzas no tenga para recorrer mis pasos, recordaré todos los colores del vivir, hasta deshacerme en mil lágrimas al recobrar la agridulce existencia. Y volveré, para poder alejarme hacia recodos más serenos.

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