dimarts, 21 de juny del 2011

El sender del peó

I em vaig trobar contemplant la fermesa dels grans, oh lledoner!
Esclaten amb mi les gotes que m’estiren la pell, que em demanen
que em desprengui d’una feixuga càrrega, d’un destí inexorable.
Com ombres que s’arrapen a la roba, que m’escanyen i m’arrosseguen.
Una llibertat fatal que se’m concedí busca alliberar-se, i esdevenir soledat
davant les consumidores mirades dels condemnats,
dels que descendeixen amb el cap cot.
I que fàcil és el camí, tan ample, cap a la fossa!
El mateix plor que arrenquem del silenci, en néixer, és el dolor i la por,
és la duresa del viure. Anys que escrutem al rostre, mancat de visió;
del temps, un aprèn a esperar després de sembrar.
Tres cabdills es barregen, dos avancen fent cercles i abraçant-se. Nosaltres
fugim de nosaltres, estrenyent la vida cap a una mort coneguda,
com el bes del despertar i les llàgrimes roents del vespre.

Llisquen, fent camí per la pell, les sagetes de la pluja.
Avui sento com virtut i defecte són partides per un fil de plata,
com quan la pluja em confon amb la terra que em recull al jaç.
En navegar per aquestes ones rocoses sentia vibrar la melodia
ensucrada de les tenebres, elles tan gèlides que a cada pas em petrificaven.
A l’estela de llum del primer a crear un temple de dolor
de la seva misèria, hi ha l’espurna per saltar cap a la claredat.
Ell juga, dominat d’ofuscació, consumint ànimes de peons inesgotables,
per fer escac al pare.

Lenta partida en què la dalla sols ens escurça ser rebuts per mans flonges,
per paraules de creació. Desfets com cabdills rodem, sense recordar
ni el camí ni el bell vers final per oferir. 

La guerra

Temeroso escucho los sollozos de un niño. No cesan, como los disparos, el horror, la sangre, la muerte... Todos los prematuros cadáveres están bañados del olor de la guadaña. Pero los de las condecoraciones se frotan las manos, su baño será dorado. Hay una muchacha que me mira con los ojos lluviosos: "Mata a los gordos, a los que matan a mi familia. Elimina al horror y la muerte." Me recorre un escalofrío y me silban los oídos, sus palabras aún sugieren más maldad. Intento calmarla: "Si uso mi rifle el mal seré yo, la muerte y el horror". "No es justo". Prosigue. "Y Dios, ¿dónde se halla?" Su voz quebrada me duele, es impotencia. "Los hombres somos libres. Utilizamos la libertad que Dios nos concedió. Deberías preguntarte por el hombre que se cree dios y reparte armas. Por los que las cogen, por los que disparan a sus primos y hermanos... Hay hombres que quieren ser hijastros del demonio. Pregúntate, también, si esta lluvia, estas pesadas gotas, no son las lágrimas de Dios que llora por sus hijos." Ella mira a su alrededor con la cara empapada. Sus rodillas se hunden en el barro y cubre su rostro con sus pequeñas manos.

Triste escucho los sollozos del mundo. Por suerte, la lluvia y el frío han dañado parte de mi munición. No quiero que nadie derrame más lágrimas por algo que puedo evitar.

diumenge, 19 de juny del 2011

Conversación I

Marcos: Señor, no me gusta el mundo.

Rafael: ¿Podéis vos explicarme?

Marcos: Extraño belleza entre el gris de la ciudad; busco libertad entre seres condenados; siento angustia comiendo basura; se me estremece el corazón con el dorado y el billete de la hipocresía; sólo encuentro corazones vacíos de amor y llenos de ira; oscurecen mis ojos de llanto viendo maldad,... la tierra está sepultada de sangre.

Rafael: ¿Y vuestra vida?

Marcos: Un desierto. Necesito razones para continuar, para tener fe con lo que hago. Ya no tengo esperanzas de que algo pueda cambiar... algún día...

Rafael: Mostráis mucha pasividad. ¿Dejaréis que el odio domine vuestro días; que la carne derramada sean vuestras visiones; alimentaréis la codicia del que os ata; forjaréis vuestras propias cadenas; callaréis delante de la injusticia? ¿Seréis cobarde? ¿Huiréis de la dureza de la vida? ¿Reafirmaréis vuestro silencio? Si humano sois, utilizad vuestra razón, escuchad el corazón, y trabajad con manos desnudas.

Marcos: Señor, difícil tarea me pedís. Me rodea la duda. Tengo miedo, no quiero ser mal visto, incluso vendería mi libertad por ser uno más sin destacar.

Rafael: Entonces, largaros. No perdáis el tiempo. Venderos el alma y condenaros a un eterno infierno sin paz. Vos mismo ignoráis vuestras palabras.

Marcos: No quiero sufrir. Me niego a sentir más dolor.

Rafael: Pero habéis elegido, y ya debéis saber qué deseáis. Cómo vosotros mismos os condenáis.

Marcos: Señor, quiero que me ayudéis, no quiero ser cenizas ni cena de un fuego de ilusiones falsas. Perdonad mi insolencia, dadme una oportunidad, por favor.

Rafael: Cambiad el guión de vuestra historia, y cambiaréis la obra.

Poe

Las cortinas no dejaban que Poe escuchara la luz del mundo. Cada nube gira en torno de sí misma, pero Poe callaba sus sentimientos y apaciguaba las palabras. Evitaba la luna y se escondía tras los largos ventanales de su habitación. Las estrellas, incluso, se habían dibujado en el techo debido a la humedad.
Era ya tarde cuando Poe, cansado de la víbora de su sombra, se disponía a cantar su melancólica composición para la noche. En cada atardecer conocía, irrepetiblemente, la soledad, siendo él un muchacho encerrado en el vacío de cuatro paredes rugosas. En esos muros su sombra era juguetona con la luz del sol, bailaba y aterraba a Poe con sus propias pesadillas, anticipando la noche.
En la lánguida brevedad del atardecer narraba sus pensamientos en los papeles ceniceros con montones de lápices pequeños. Poe era capitán sin tripulación. A veces dudaba de su rumbo. No deseaba para nada compañía, él era su subordinado más fiel. Provisiones de agua y restos de comida es todo lo que rescató de la bodega, era su más preciado tesoro en su travesía.
Fue muy repentino, Poe se encerró en su habitación tras una discusión, y decidió zarpar del mundo mediante su imaginación acostada cerca de la ventana, como si fuera un cuadro del mundo. Un mundo muy lejano, ya, para Poe.
Cantuseaba estribillos de las frases que soltaba con su llanto. La noche era el gran momento para desafiar la tenebrosa oscuridad; recogido y sentado en un recodo, el más oscuro en cada singular noche, combate la ausencia de luz con los guerreros alados de su ingenio.
Y así, con lagrimosos días y veladas nocturnas, la juventud de Poe quería consumirse. El muchacho odiaba la hipocresía y el mundo de apariencia que envuelven a los adultos; como buitres que degustan cadáveres de su ira… seres de cobardía muy lejos de un fruto que, a diferencia de ellos, empieza a madurar por dentro con un soplo, la dureza del vivir, hasta que la luz realza su dulzura y sus colores vivos.
Poe, el marinero soñador, amarró el barco de sus convulsiones donde la vida ya no podía broncearlo ni permitirle brotar como flor majestuosa.

dissabte, 18 de juny del 2011

11 de copes

Renilla el cavall aixecant les potes del davant. El genet dels cabells daurats eleva el braç que no agafa amb força les brides. Al capdamunt sosté una copa vermella amb sanefes d’or i turqueses que la van brodant d’elegància. A dins, un morat vi s’hi banya joiós. Els peons, els plebeus, s’inclinen, amb els genolls a terra, davant del noble que aguanta la copa alçada:
-Jureu-me fidelitat, treballeu per mi i, sobretot, no em qüestioneu. No apliqueu el dubte sobre el meu poder. I us concediré l’abundància de les vinyes i les menges dels nostres camps i el bestiar. Us ompliré el paladar si eixugueu la ment.
L’ànim dels súbdits s’inclinà a realitzar esforços per aconseguir aquella fita. Cap d’ells no va subestimar la gola per donar pas al lliure pensament. Ningú no menyspreà la sang que els brindava la copa, ni tan sols el daurat llautó que cobria el serè rostre del cavaller: ell tan encertat per acabar amb el miserable plebeu, qui solament es mou pel plaer suggerit per Dionís.

I al llarg dels mil·lennis, l’esclavitud de la majoria fa palesa l’efecte del demoníac verí. Aquest corre per les venes més de pressa que el Sant Greal de l’Humil.

dijous, 2 de juny del 2011

Para la obra de tu palabra

Mis lágrimas rojas derraman la podredumbre de la vida humana. Un vals de muerte, una cadena atada a la utopía del sueño de vivir. Quisiera olvidar el deseo y ser como el aire: extendido, libre, puro, esencial... para la obra de tu palabra. Sería nube, sería idea, podría traer recuerdos y nostalgia. Como lluvia salpicaría el mundo para venerarlo de esperanza. 
Volando, muriendo y dando vida a tus leales y desleales, les mostraría tu dorada visión fundida en sus huesos.
Pero ellos, débiles, bastardos de palabra, son cegados por sus manos, tendidas, estas, preparadas para tormentar el pensamiento con una sutil droga que les genera ilusión y placer.
¡Tus hijos, mudos de vocablos, se llenan la boca de gritos! ¡Tus malditas criaturas te niegan! Háblales a los oídos; susúrrales vida en sus manos; musítales verdades con tus ríos, árboles y aves en los cielos. A ver si despiertan y aprenden a pronunciar tu nombre con su don de razón.

Destí

La tinta cau i amara, com el so de cada tecla, un paper que prova de marxar volant. Aquest pes, aquesta sang el priven del gest, ell hi és sencer, però mutilat de moviment. El negre de blau traspassa el seu cos i corre a atrapar-lo tot ell. El piano combat, com el full, amb el silenci, amb l'espessa foscor del destí.

Mar

La brisa canta com el mar, i el sol és aspre com la sal. L'ombra m'aixopluga, com el mar de l'aire, com el blau de l'aigua que ressalta els colors. El sol cau i, encrespat, danya la mirada, ell tan lluent com la sal. Amb aquest regust de sobrietat s'imposa per colar-se entre els moviments de l'aigua. Plora, el sol, per no arribar al fons fosc de l'oceà, i en camí hi deixa les seves llàgrimes denses i resseques, perquè ofeguin d'aigua la seva enyorança. Cada gra de sal recorda a un diamant de sol navegant a l'ombrívol oreig del mar.

dimecres, 1 de juny del 2011

Pluja

Em recullo, de genolls, mentre esquinces l'aire.
No deixes res indiferent: lleves el perfum de les roses,
apagues la llum, encens els colors, ressegueixes el tronc de l'om.
Prens aquella capa resseca pel sol i fas renéixer el món.
T'observo des de la finestra, oberta, i m'evoco al món per esclatar, com fas tu,
amb el terra, i així, poder desprendre'm de tot, recoberta de tu.